miércoles, 14 de mayo de 2008

PRISIONERO DEL VIENTO

En las aguas cristalinas
De los ríos sin estío
Se purifica el alma
Y en la ribera solariega
El vaivén de sus compases
Crea dulces melodías
Y el trino fascinante
Abre surcos de ambrosías
En el lecho delirante
Donde el sol jamás dormita.
Las huellas del hombre
Sobre la faz azul
Se disuelven con el viento
Y solo queda entre las sombras
Su música sin tiempo.

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