domingo, 4 de noviembre de 2007

NACE LA OSCURIDAD CON LA TARDE

Si se apagara el candil
De mi ardiente luciérnaga,
Con el fuego de una estrella
Le prenderé sus alas
Y volaría por el mundo
Sepultando la niebla
Del paisaje dormido.
La más dura oscuridad
No es la de los ojos vacíos;
Hiere más la bruma inerte
Originando la noche.
Cuantos no oyen los pasos
Del que empuja la carreta
de pan,
Solo sienten el tañer
De la deseada moneda
En la alcancía repleta
De impuras alboradas.

ANDO EN BUSCA DE LUZ

No me agobia el desencanto
De las horas sin luz
Podrían ser los instantes
Del sueño divino
O las horas venturosas
Engendrando el alba.
Nada impide
Mi sonrisa ajena,
No hay grilletes para mi ilusión,
Llevo el alma abierta
A toda esperanza,
No soy fuego sediento de lumbre
Sólo, soy un resplandor.