sábado, 5 de enero de 2008

EN BUSCA DE OTROS TIEMPOS

Hoy he vuelto a sacudirme de mis penas,
Corre el viento y los revuelca
Por la tierra violada de enojos.
Sin tormentos, soy un ave
O un puñado de ilusiones,
Soy viajero sin caminos
Tras la pista de otros tiempos.
La muralla del silencio
Cubre el grito de la carne
Al pie del abismo
Y la brisa agresiva
Destruye los lamentos
Derrotando primaveras;
Y una fingida sonrisa
Va más allá de toda euforia.

EN EL COFRE DE CRISTAL

Estoy cortando flores
De los jardines del mundo,
Y si tuviera poder,
El agua de los ríos
Las aves del campo
Los reflejos del sol
La brisa matinal,
En un cofre de cristal
Los escondería
Antes que desaparezca
por la ambición del viento.

EN EL CIELO DE MI VOZ

Brota un lírico mensaje
En los cantos del verano
Y reside la euforia
Del agitado camino
Sin insomnios.
Nacen los días
Entre el suspiro tierno
Junto a la brisa de mi alma.
No me regalan primaveras
Tus ojos visionarios,
Amanecen mil paisajes
En mi voz del viejo valle
Y se ilumina la noche
En el cielo de mis ansias.

LA LUCHA DIARIA DEL SER

Se abren las auroras de colores
Después de las noches sin luceros,
Y todo huele a vano día.
En el espejo del cielo
Se ve el rostro de los que andan sobre espinas
Y en los rayos solares
Se divisa más de una cruz apagada.
Nadie grita de alegría
Se puede caer la luna
Y enredarse los cabellos
Y hasta caer de rodillas.
Más el hombre camina sin dejar huellas
Escondido de si mismo
Y en la nube del sendero
Se destruye la ilusión
De un retorno victorioso,
derrotando al invisible enemigo
Con la espada del tiempo.
Los fantasmas nocturnales
No atormentan el concierto
Si se baja la mirada;
Sólo si se rompe
El cristal de la verdad,
Se acaba el encanto
De habitar en las tinieblas
Como inquilino de la noche.

EN EL SUELO HERIDO

Se abre la tierra con violencia
Ante el mirar codiciado
Del oscuro caminante,
Sus secretos se pierden
En la noche del silencio,
El fruto de su vientre
Se deshace en estrellas viajeras.
Se desvanece el encanto
De sus años de inconciencia,
El vacío de sus venas
Deja una mueca de llanto
Mientras la roca ajena
Agranda la agonía del suelo herido.
Nadie pone el pecho
Ante el filo del cuchillo
Y la desnudez terrena
Fija los caminos del olvido
Y llegan las mañanas
De soledades hirientes
Y en el pasto verde, la miel de la tierra
El grano hinchado de vida
Será la música fúnebre
De nostalgias muertas.

CON LOS OJOS VACÍOS

Andan con paso de nieve
Por caminos de fuego,
No se vence el horizonte
De ardores infinitos.
Hace falta el aroma
De los jardines del alma,
Tan sólo un rayo de sol
En las ventanas del recuerdo
O en el aire fresco
De las mañanas de otoño
Son el blanco de los ojos vacíos;
Y en el espacio mañanero
De los lirios y las sombras
Todos buscan el arrullo de la risa final.

QUIERO NACER EN CANCIÓN

Por el oscuro lomo de la tierra
En el surco inmenso de ternuras
Siembro mis ilusiones
Para nacer en canción
En la herida sin llantos de otoños.
El sol engendra racimos de amor
Y las hojas soñolientas
Son la hamaca de los sueños del mañana,
En el vaivén de las aguas turbias,
El fino polvo vagabundo
Se ahoga entre lágrimas
En las tardes sin final.

SE HACE CORTA LA NOCHE

Una sombra de hojas muertas
Ocultan el hechizo
De mis líricos destellos.
Por la ruta de mis heridas invisibles,
transito delirante
brindando serenatas
donde el silencio dormita.
Se hace corto el suspiro
Y la noche hace burbujas
Con los copos de nieve
Y ante el raro juguetear del viento
Soy la imagen de un fantasma
Naciendo con la tarde.