Por el oscuro lomo de la tierra
En el surco inmenso de ternuras
Siembro mis ilusiones
Para nacer en canción
En la herida sin llantos de otoños.
El sol engendra racimos de amor
Y las hojas soñolientas
Son la hamaca de los sueños del mañana,
En el vaivén de las aguas turbias,
El fino polvo vagabundo
Se ahoga entre lágrimas
En las tardes sin final.
sábado, 5 de enero de 2008
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