miércoles, 14 de mayo de 2008

CANTO A LA GRACIA DE DIOS

Todas las mañanas
Unidos en el jardín
Trinan los jilgueros
Llenos de alegría.
Me brindan ternura
Se enciende el cariño,
En paz vivo el día
Con jovialidad.
Al caer la tarde
La noche me envuelve,
Me duermo esperando
los rayos del sol
y la melodía
de otro amanecer.
Las horas de vida
Le dan lecho a mi alma
Y el dulce momento
De poder nacer.
No hay nada divino
Ni el gozo más grande
De ocupar las calles
Y seguir viviendo.

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